Conocer qué es y qué utilidad aporta una auditoría de cuentas es un factor muy relevante a la hora de decidirse por contratar este tipo de servicio, para lo que, además, habrá que tener en cuenta otra serie importante de cuestiones.
En este artículo pretendemos aportar luz sobre la ingente cantidad de información que existe sobre ello, e intentar contestar las preguntas más frecuentes que se hacen los usuarios y propietarios de un negocio.
En primer lugar, conviene acotar qué se entiende por auditoría de cuentas. Básicamente, se trata del trabajo de revisión y verificación de la documentación contable y de los libros oficiales de la sociedad (incluye balance de situación, cuenta de pérdidas y ganancias, estado de cambios en el patrimonio neto, estado de flujos en efectivo, etc.). El objetivo reside en constatar que la empresa cumple con todo lo exigido por la norma vigente en cada momento, y que toda esta documentación que ha de entregarse para su registro cada ejercicio fiscal sea la adecuada.
Normativamente, según la Ley de Auditoría 22/2015, en su artículo 1.2, “se entenderá por auditoría de cuentas la actividad consistente en la revisión y verificación de las cuentas anuales, así como de otros estados financieros o documentos contables, elaborados con arreglo al marco normativo de información financiera que resulte de aplicación, siempre que dicha actividad tenga por objeto la emisión de un informe sobre la fiabilidad de dichos documentos que pueda tener efectos frente a terceros.”
Auditoría voluntaria y supuestos obligatorios
A este respecto, conviene advertir también que, en España, además de la posibilidad de someterse a este ejercicio de inspección de manera voluntaria, están obligados a la realización de una auditoría de cuentas anual (desde 2008), todas aquellas compañías que cumplan con dos de los siguientes requisitos:
- Que su cifra de negocios (neta), supere los 5,7 millones de euros.
- Que sus activos superen los 2,85 millones de euros.
- Que su número medio de trabajadores sea superior a los 50.
Estos son los supuestos más conocidos, pero existe una larga lista de condiciones y tipos de empresas que han de ser auditadas, y que se recogen en el Reglamento de Auditoría (Real Decreto 151/2011).
Una vez sentada la base de qué es una auditoría de cuentas, quién está obligado a presentarla o cuándo auditar las cuentas, continuemos resolviendo otras dudas frecuentes sobre la materia. Básicamente, las relativas a quién puede auditar una empresa, qué es un auditor de cuentas o cómo se realiza una auditoría contable.
¿Quién puede auditar una empresa?
En primera instancia, un auditor o una sociedad auditora estarán autorizados para la realización de estas funciones. Con respecto al profesional a nivel particular, basta con disponer de un grado universitario. Si bien lo preferible es que sea especialista acreditado en alguna de las ciencias relativas a la administración (ADE, Economía, Finanzas o Contabilidad). Pero lo más relevante es que debe estar inscrito en Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC), del Instituto de Contabilidad y Auditoría (ICAC), para lo que ha de superar un examen de acceso.
Este profesional puede realizar sus labores bien de manera individual, o bien integrado dentro de la estructura de una empresa de mayor tamaño. En Bailén 20 contamos con auditores certificados expertos en auditorías financieras, asesoramiento financiero, fiscal y contable, asesoramiento mercantil y servicios actuariales. 40 años de experiencia nos avalan.
Cómo seleccionar a nuestro auditor o empresa de auditoría de cuentas
Respecto al procedimiento de auditoría de cuentas, precisamente, el primer consejo a tener en cuenta es seleccionar una empresa auditora que se ajuste a las necesidades de la compañía.
- Existen grandes consultoras en España, algunas de las cuales son denominadas ‘big four’ (las cuatro de mayor volumen), las cuales trabajan para un rango de empresas cuya facturación es superior a los 100 millones de euros.
- En una escala media, aparece otro grupo de auditoras especializadas en empresas de rango superior a los 6 millones de facturación.
- En tercer lugar, las adecuadas para las que facturan menos de esos 6 millones y que, por lo general, complementan su oferta de servicios con otros de índole fiscal y contable en el área de la asesoría.
Además del tipo de empresa auditora a contratar, es importante seleccionar con mimo que ésta se ajuste a nuestras necesidades. Es recomendable que tenga cierta experiencia en empresas de nuestro sector o mercado, ya que, si es así, ésta conocerá con más detalle las peculiaridades, normas y excepciones relativas a éste. También se debe evitar, por ejemplo, cualquier relación personal o profesional del auditor o equipo auditor nombrado. El auditor es, por defecto, un profesional independiente que formaliza con su firma una ‘opinión propia’ sobre el estado contable de nuestra empresa. Por ello, es también deseable que lo sea respecto a nuestro negocio en todos los sentidos.
En próximos artículos ahondaremos en qué tipo de documentación analiza un profesional de la auditoría de cuentas, qué metodología suele utilizarse y qué formato tiene un informe de auditoría para su posterior inclusión en la documentación que ha de presentarse en el depósito de cuentas localizado dentro del registro mercantil.